Nº de páginas: 224 págs.
Editoral:
SEIX BARRAL
Lengua:
CASTELLANO
ISBN:
9788432214721

«Soy licenciado en Educación Física, pero apenas he ejercido. Durante un par de años, intenté compaginar mi trabajo como redactor publicitario con la carrera de Filosofía. Escribo, de manera privada, desde hace casi veinte años.» Así se presenta Jesús Carrasco.
Nació en Badajoz en 1972 y en 2005 se trasladó a Sevilla, donde reside en la actualidad.
Desde 1996 trabaja como redactor publicitario, actividad que compagina con la escritura. Intemperie le ha consagrado como uno de los debuts más deslumbrantes del panorama literario internacional.
MIS IMPRESIONES:
He
terminado ayer noche de leer “Intemperie” y llevo todo el día con el libro en
la cabeza.
Si fuera una película, sería una de esas en las que los fotogramas se me clavan uno a uno en la retina y no puedo (ni quiero) deshacerme de ellos tan fácilmente.
La verdad es que me ha impactado, y lo ha hecho porque las imágenes o la imagen que conforma todo el relato es una imagen muy potente, con mucha fuerza, tremenda, sobria, cruda…desde el título que ya nos dice con qué nos vamos a encontrar , hasta la última frase del libro.
Si fuera una película, sería una de esas en las que los fotogramas se me clavan uno a uno en la retina y no puedo (ni quiero) deshacerme de ellos tan fácilmente.
La verdad es que me ha impactado, y lo ha hecho porque las imágenes o la imagen que conforma todo el relato es una imagen muy potente, con mucha fuerza, tremenda, sobria, cruda…desde el título que ya nos dice con qué nos vamos a encontrar , hasta la última frase del libro.
En
un lugar y tiempo indeterminado de la España del interior una sequía se ensaña
con la zona mientras un niño escapa de su casa perseguido por el alguacil y su
ayudante. En el camino se encuentra a un hombre viejo, un cabrero…con esta (aparentemente)
sencilla trama, Jesús Carrasco va tejiendo el relato con una habilidad y
pericia en la narración que fue capaz de engancharme desde la primera palabra.
El porqué de la huida del niño nos lo va dando a conocer el autor muy poco a
poco y a su debido tiempo.
En cuanto empecé su lectura me vino a la cabeza el paisaje y paisanaje de algunas obras de Miguel Delibes, lo yermo de la tierra, la rudeza de sus personajes…
Y es que “Intemperie” no da tregua al lector en lo que a sensaciones se refiere. Sin saber en toda la obra el nombre de “el chico” pasamos con él todas las peripecias a las que se ve sometido bajo las inclemencias de un sol abrasador. Hambre, sed, violencia…un viaje iniciático en el que “el chico” va dejando atrás una vida de niño para adentrarse en la experiencia de un crecimiento personal sobrevenido a la fuerza.
Utiliza Jesús Carrasco una prosa exquisita, llena de vocabulario rural y descripciones detalladas que hacen que la narración sea rica en fondo y forma, una prosa en todo caso, desnuda de cualquier palabra superflua. Ni sobra ni falta nada.
El libro se titula “Intemperie” pero también podría haberse llamado, por elegir una sola palabra, “Inclemencia”, porque es precisamente la inclemencia tanto humana como climática la protagonista absoluta de la dura y extrema situación en la que nos coloca el autor.
En una entrevista con el períodico El Pais, Jesús Carrasco responde así a algunas preguntas que creo bastante importantes para tener alguna referencia de cómo quería el autor que se tuviera en cuenta su novela:
PREGUNTA: Su libro se lee como se ve una serie o una película de miedo. ¿Cuál es el truco para crear un misterio tan adictivo?
En cuanto empecé su lectura me vino a la cabeza el paisaje y paisanaje de algunas obras de Miguel Delibes, lo yermo de la tierra, la rudeza de sus personajes…
Y es que “Intemperie” no da tregua al lector en lo que a sensaciones se refiere. Sin saber en toda la obra el nombre de “el chico” pasamos con él todas las peripecias a las que se ve sometido bajo las inclemencias de un sol abrasador. Hambre, sed, violencia…un viaje iniciático en el que “el chico” va dejando atrás una vida de niño para adentrarse en la experiencia de un crecimiento personal sobrevenido a la fuerza.
Utiliza Jesús Carrasco una prosa exquisita, llena de vocabulario rural y descripciones detalladas que hacen que la narración sea rica en fondo y forma, una prosa en todo caso, desnuda de cualquier palabra superflua. Ni sobra ni falta nada.
El libro se titula “Intemperie” pero también podría haberse llamado, por elegir una sola palabra, “Inclemencia”, porque es precisamente la inclemencia tanto humana como climática la protagonista absoluta de la dura y extrema situación en la que nos coloca el autor.
En una entrevista con el períodico El Pais, Jesús Carrasco responde así a algunas preguntas que creo bastante importantes para tener alguna referencia de cómo quería el autor que se tuviera en cuenta su novela:
PREGUNTA: Su libro se lee como se ve una serie o una película de miedo. ¿Cuál es el truco para crear un misterio tan adictivo?
RESPUESTA:
El misterio está fundamentalmente en el silencio, en lo que no se dice. Ha
habido por mi parte un trabajo de contención y de recorte en el diálogo:
intentar que los personajes hablen para que el lector no sepa tanto lo que
piensan, sino que lo imagine.
P:
En Intemperie no cuenta el lugar y la época en que se desarrolla la acción.
¿Por qué se niega a revelarlo?
R:
No creo que tenga ningún sentido hacerlo. De hecho, creo que hablo demasiado de
la novela. Me gusta mantener una visión limpia como lector, como espectador de
obras de arte o de cine. Prefiero no saber y sacar yo mi propia conclusión. A
veces, si admiras a alguien suele ser porque sabes poco de él.
P:
Ha dicho que el tema principal de su novela es la dignidad. ¿Por qué le
interesa tanto ese concepto?
R:
La dignidad surge en cada esquina. Solo hay que verla, es como la belleza o el
arte, y consiste en ser capaz de mantener la postura después de sufrir las
inclemencias de la vida. Eso me interesa muchísimo, y quiero ser capaz de
dirigir mi vida en esa dirección.[…]
En
Cuanto a su estilo sobrio y “seco” , el propio Jesús Carrasco dijo en otro
medio:
“Mientras escriba, espero poder seguir mejorando mi habilidad para la poda. Si el estilo pudiera definirse como la marca personal que el autor le imprime al texto, me gustaría que esa marca fuera, en mi caso, lo más tenue posible. Me gustan los autores, o los músicos, que se ponen al servicio de la obra hasta diluirse en ella y desaparecer.”
“Mientras escriba, espero poder seguir mejorando mi habilidad para la poda. Si el estilo pudiera definirse como la marca personal que el autor le imprime al texto, me gustaría que esa marca fuera, en mi caso, lo más tenue posible. Me gustan los autores, o los músicos, que se ponen al servicio de la obra hasta diluirse en ella y desaparecer.”
“Intemperie”
es la primera novela del autor. Me ha encantado. No suelo releer libros pero
éste sin duda sería uno de los que merecen una relectura.
Siempre me da miedo crear demasiadas expectativas sobre lo que me gusta y recomiendo pero creo que en este caso, a quien le guste disfrutar de la lectura, no tanto como entretenimiento (que entretiene) sino también por disfrutar del placer de lo bien escrito, no le va a decepcionar en absoluto.
Un imprescindible y destacado de lo publicado últimamente en España, sin duda.
Siempre me da miedo crear demasiadas expectativas sobre lo que me gusta y recomiendo pero creo que en este caso, a quien le guste disfrutar de la lectura, no tanto como entretenimiento (que entretiene) sino también por disfrutar del placer de lo bien escrito, no le va a decepcionar en absoluto.
Un imprescindible y destacado de lo publicado últimamente en España, sin duda.
UN FRAGMENTO DE "INTEMPERIE":
"Por
las tardes, después de terminar el trabajo con las cabras y de acomodar al
viejo en su jergón, se sentaría en el borde de aquel balcón y contemplaría la
llanura, y la vería brumosa y lejana. Desde su atalaya de abundancia,
convocaría a los ángeles y los arcángeles para que llevaran a su pueblo la
lluvia que devolviera a los trigales la fertilidad perdida. Regresarían los
hombres y sus familias, ocuparían sus antiguas casas y el silo se llenaría de
nuevo. Todos nadarían ahítos en sus riquezas, el alguacil recibiría sus
tributos y nadie más volvería a acordarse del niño desaparecido."