La forma de
narrar desde distintos espacios y tiempos (trae al presente actual el presente
que fue en 1979, recogido en su diario) como si se tratara, a veces, de un
puzzle, de ir construyendo la historia, interpretando recuerdos, la manera de
relacionar personajes, de ir dejando pistas a lo largo de la trama o tramas que
modelan “Recuerdos del futuro”, me ha gustado y me ha interesado mucho.
Me ha enganchado desde el principio por lo que tiene de thriller psicológico, de autoficción (podría decirse que el libro son unas memorias noveladas de la autora), por la cantidad de elementos metaliterarios, referencias a otros libros, obras de arte, por ese ensayo entreverado sobre feminismo, por sus alusiones filosóficas, etc, por el reflejo atrayente del ambiente intelectual de la Nueva York de finales de los 70 y sobre todo por la capacidad de ahondar en la propia memoria, real y ficticia.
Me ha enganchado desde el principio por lo que tiene de thriller psicológico, de autoficción (podría decirse que el libro son unas memorias noveladas de la autora), por la cantidad de elementos metaliterarios, referencias a otros libros, obras de arte, por ese ensayo entreverado sobre feminismo, por sus alusiones filosóficas, etc, por el reflejo atrayente del ambiente intelectual de la Nueva York de finales de los 70 y sobre todo por la capacidad de ahondar en la propia memoria, real y ficticia.
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